Divulga

Con éxito finalizó expedición invernal al canal Beagle

La campaña oceanográfica del Centro IDEAL y AWI se desarrolló en el fiordo Yendegaia, un sitio de gran importancia ecológica, donde confluyen aguas de estuario y marinas. [Andrea Navarro, INACH]

Durante ocho días, un equipo de científicos del Centro de Investigación Dinámica de Ecosistemas Marinos de Altas Latitudes (IDEAL) de la Universidad Austral de Chile (UACh) y el Alfred Wegener Institute (AWI) realizó una campaña oceanográfica al fiordo Yendegaia, ubicado en el canal Beagle, al sur de la Región de Magallanes y Antártica Chilena.

A bordo de la embarcación Huracán, el grupo multidisciplinario de ocho expedicionarios zarpó desde bahía Mansa, a 50 kilómetros al sur de Punta Arenas. La campaña oceanográfica tuvo cuatro objetivos: recuperar un anclaje con información biológica y física; reinstalar el sistema de monitoreo con sensores oceanográficos y una trampa de sedimentos que captura diversos tipos de muestras; llevar a cabo una transecta oceanográfica a lo largo del fiordo; y descargar datos de una estación meteorológica instalada en isla Hoste.

En la travesía, además, se llevaron a cabo otras actividades científicas como la extracción de ADN ambiental y prospecciones visuales para mamíferos marinos. Se avistaron cuatro especies de cetáceos: delfín austral, delfín chileno, ballena jorobada y ballena sei.

“El área geográfica donde realizamos los trabajos científicos es clave, debido a que confluyen dos sistemas de agua: estuario (de deshielo del glaciar) y marina (canal Beagle)”, aseguró la bióloga marina y magister en recursos hídricos del Centro IDEAL, Carla Mellado. “La transecta oceanográfica implica muchas maniobras de forma simultánea, desde la boca del fiordo. En este caso, el trabajo colaborativo in situ fue fundamental para lograr todos los objetivos”, agregó.

“Los estudios de prospección son especialmente relevantes en sistemas que han sido poco estudiados, como el canal Beagle. Es importante valorar el rol ecológico que tienen las altas latitudes y, desde esa perspectiva, esta expedición fue una gran oportunidad para llevar a cabo diversos trabajos científicos”, afirmó el investigador del AWI y del Centro IDEAL, Dr. Diego Filún.

Un canal pocas veces estudiado

El Canal Beagle mide aproximadamente 280 kilómetros de largo y se formó a causa del avance y posterior retroceso de glaciares. Paralelamente, posee una ubicación estratégica, pues comunica los océanos Atlántico y Pacífico.

Pese a que posee una rica biodiversidad marina, no existe una gran cantidad de información oceanográfica de él.

La expedición fue encabezada por el biólogo marino, Dr. Luis Bedriñana, investigador de los centros Copas Coastal, Ballena Azul e IDEAL. “Se lograron todos los objetivos en el tiempo planificado, a pesar de que tuvimos condiciones meteorologías adversas durante prácticamente los ocho días. Hubo una buena coordinación entre el equipo técnico, científico y la tripulación”, concluyó el Dr. Bedriñana.

El anclaje instalado en el canal Beagle es parte del observatorio marino y terrestre que se desarrolla en marco del Proyecto DYNAMO en cooperación con Argentina, Alemania y Chile.

Expedición oceanográfica detectó microbasural en el canal White

Cuando se dirigían al Fiordo de las Montañas para realizar diversos trabajos científicos, un equipo multidisciplinario de profesionales de CONAF, el Centro IDEAL y la DGA encontró desechos que acrecientan el deterioro de la vegetación y la contaminación del borde costero.

El canal White es un estrecho paso ubicado en la provincia de Última Esperanza, Región de Magallanes. En aquel lugar y mientras se dirigían al Fiordo de las Montañas —ubicado 100 kilómetros al noreste de Puerto Natales en la Reserva Nacional Kawésqar—, una expedición oceanográfica detectó un microbasural.

La campaña, organizada por la Corporación Nacional Forestal (CONAF) en colaboración con el Centro de Investigación Dinámica de Ecosistemas Marinos de Altas Latitudes (IDEAL) de la Universidad Austral de Chile (UACh) y la Dirección General de Aguas (DGA) del Ministerio de Obras Públicas, halló evidencias de distintos tipos de desechos depositados en un sitio de recalada del canal White.

Los profesionales divisaron envoltorios de comida, botellas de vidrio y de plástico, restos de aparejos de pesca, bolsas de nylon, así como restos de ropa, telas de plástico, tubos plásticos, entre otros. Asimismo, se pudo observar basura en la costa y en el fondo marino del sector.

“Se encontró un gran volumen de basura que está siendo depositada en la aguada del canal White. Lo preocupante es que este es un lugar donde frecuentemente se obtiene agua para abastecer a las naves menores que se internan a la Reserva Nacional y Parque Nacional Kawésqar, convirtiendo el lugar en un basural ilegal”, comentó Jovito González, administrador CONAF en el parque.

Primera campaña

A bordo de la lancha institucional de CONAF, “Yepayek”, el grupo interdisciplinario de profesionales monitoreó las condiciones del agua Fiordo de las Montañas. Durante tres días, el equipo de realizó una caracterización oceanográfica y limnológica del agua, concentrando el trabajo en el área de influencia de los cinco glaciares principales de la zona. Se obtuvieron registros de temperatura y salinidad de la columna de agua, muestras de fitoplancton y de agua para análisis de nutrientes. Además, se registraron parámetros fisicoquímicos de algunos cuerpos de agua dulce pertenecientes al fiordo, y se colectaron muestras de fitoplancton para detectar la presencia del alga invasora Didymo. 

“Este tipo de actividades cooperativas resulta de gran importancia para la gestión efectiva de las áreas protegidas de la región, sobre todo en aquellas que contienen ecosistemas acuáticos y donde la complejidad técnica muchas veces dificulta la realización del monitoreo de los objetos de conservación y sus amenazas”, comentó el del biólogo marino y profesional de Áreas Silvestres Protegidas de CONAF, Jorge González.

Esta es la primera expedición en la que se realiza un análisis de las condiciones del Fiordo de las Montañas. Su objetivo principal fue monitorear la influencia del derretimiento de los glaciares sobre las características oceanográficas y biológicas a lo largo del lugar. “En los próximos meses se analizará el fitoplancton presente en la columna de agua para conocer los tipos de organismos provenientes del glaciar con una frecuencia estacional”, explicó Marjorie Araya, bióloga marina del Centro IDEAL, e integrante de la campaña.

“El lugar se encuentra próximo al paso Kirke, que es la única ruta de navegación para conectar Puerto Natales. Es un sector que no se encuentra afectado por actividades industriales a excepción del turismo. Este fiordo es importante debido a que reúne las condiciones para analizar distintas variables y no está intervenido de forma considerable”, agregó Araya, quien participó de la expedición junto a Fernando Fritz, estudiante del Centro IDEAL.

Además de los estudios realizados en el lugar, la DGA realizó mantenimiento de la estación meteorológica ubicada en el glaciar Bernal. Este sistema forma parte de la red de monitoreo del Campo de Hielo Patagónico Sur y entrega información de la atmósfera acerca de la precipitación, temperatura, humedad, velocidad y dirección del viento en el área. 

“La información meteorológica y la oceanográfica colectada a una escala estacional será clave en entender los procesos atmosféricos, hidrológicos y oceanográficos en fiordos remotos y con una fuerte influencia de glaciares, ambientes que se encuentran en un régimen de cambio climático”, comentó el oceanógrafo Dr. José Luis Iriarte, investigador del Centro IDEAL. 

Consejo de Monumentos Nacionales inspecciona posibles sitios arqueológicos en el humedal de Mantagua

En el marco de una actividad educativa organizada por el Proyecto GEF Humedales Costeros, el CMN realizó una primera inspección arqueológica superficial en el lugar, a fin de elaborar un informe oficial sobre posibles sitios arqueológicos observados en el humedal.

Por primera vez, el Consejo de Monumentos Nacionales (CMN), institución que forma parte del Comité Técnico Local del Proyecto GEF Humedales Costeros en el humedal de Mantagua, realizó una inspección superficial el cual reveló la presencia de restos arqueológicos posiblemente atribuibles a las culturas Llolleo, Bato o Aconcagua, y que datan de entre el 400 y el 1.000 d.C., información que deberá ser confirmada por los expertos en los próximos meses. Los sitios se ubican en la Posada del Parque Lodge, próximo al humedal de Mantagua, en donde se encontraron artefactos arqueológicos como cerámicas, y conchales, pero hasta ahora no existía la certeza de que correspondían a restos arqueológicos.

La inspección se realizó en un recorrido educativo por el lugar, organizado por el Proyecto GEF Humedales Costeros y la oficina Técnica Regional del Consejo de Monumentos Nacionales de Valparaíso, hace unas semanas, cuando profesionales del CMN junto a vecinos de Quintero y Concón, encontraran restos que evidenciaran corresponder a culturas prehispánicas. Uno de los hallazgos sería un “conchal”, que en arqueología se refiere a un sitio compuesto por acumulación de restos de valvas de moluscos producto de la actividad humana del pasado.

“Probablemente, se trata de un punto de congregación o de encuentro, quizás de personas pertenecientes a la cultura Llolleo. Hay elementos que hacen pensar que aquí estuvieron cocinando algo, porque está la vasija de cerámica, la ceniza y restos de moluscos”, cuenta la arqueóloga y conservadora del Área de Patrimonio Arqueológico del CMN, Flavia Mondaca.

Si bien, según explican los especialistas, la zona presenta varios sitios arqueológicos tanto al norte como al sur del humedal, los lugares de la Posada del Parque no habían sido visitados por el CMN hasta ahora. “Hay registros de investigaciones realizadas desde 1960, y existe toda una base de datos de publicaciones académicas y del Servicio de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA), pero nada oficial por parte del Consejo”, explica Flavia Mondaca.

Los profesionales del CMN se encuentran elaborando un informe preciso y detallado con el hallazgo, el que incluirá puntos georreferenciados, a fin de determinar por primera vez dónde se localizan exactamente y formen parte oficial del Registro de Sitios Arqueológicos y Paleontológicos del Consejo de Monumentos Nacionales. La información servirá para complementar las medidas de protección del lugar y será incluida en el Plan de Gestión Integral que se está elaborando para el humedal de Mantagua, además los sitios pasarán a estar bajo protección de la Ley 17.288, que prohibiría su intervención.

Los cuerpos de agua y las civilizaciones

Que el hallazgo se encuentre próximo al humedal de Mantagua, no es una sorpresa para los expertos.En general, sitios ricos en biodiversidad, especialmente cercanos a afluentes, están asociados a asentamientos humanos. A lo largo de la Historia, las grandes civilizaciones están muy relacionadas con ríos importantes”, señala Pablo Jaramillo, biólogo, profesor de Ciencias Naturales y Biología, y profesional del CMN.

El humedal de Mantagua es uno de los cinco pilotos del Proyecto GEF Humedales Costeros, y posee una gran biodiversidad, compuesta por más de 120 especies de flora, más de 150 especies de aves, 6 especies de reptiles, 30 mamíferos, 3 anfibios y 9 especies de peces, según datos recolectados por el Proyecto el año 2020.

“A este valioso patrimonio natural, se suma el patrimonio histórico que representan estos sitios arqueológicos, dando cuenta de una zona que a lo largo de la Historia ha prestado múltiples servicios ecosistémicos a las poblaciones que se han instalado junto al humedal”, indica Cyntia Mizobe, coordinadora local del Proyecto GEF Humedales Costeros en la región de Valparaíso.

Amenazas y protección

Lamentablemente, así como el humedal de Mantagua, estos sitios arqueológicos también se ven amenazados. “La construcción de caminos, el tránsito de animales, la exposición a cambios de temperatura, la erosión, la salinidad, la presencia de perros, conejos y otras especies que hacen excavaciones en el suelo, la destrucción y el robo de los restos, son algunos de los daños a los que se ven expuestos”, cuenta Pablo Jaramillo.

Por esto, resulta fundamental que junto a la conformación de estos sitios arqueológicos, se tomen decisiones para su protección efectiva. Entre las medidas que manejan los profesionales del CMN para desarrollar en los próximos meses a fin de salvaguardar los sitios, se encuentra realizar educación ambiental, tanto a los visitantes como a los vecinos de la zona, a través de charlas y talleres, instalar una señalética que alerte e informe sobre la relevancia del lugar y la necesidad de su protección, y proponer a los propietarios de Posada del Parque Lodge crear un plan de conservación y puesta en valor de los sitios arqueológicos, asesorado por el CMN.

“Adicionalmente, el Proyecto GEF Humedales Costeros en la región de Valparaíso, está desarrollando un Plan de Gestión Integral para el humedal de Mantagua, esta es una herramienta que permitirá definir los lineamientos que los servicios públicos junto con la comunidad, deberán seguir para la conservación efectiva del lugar. Para nosotros es muy importante que estos sitios arqueológicos sean parte de los Objetos de Conservación Cultural identificados en este humedal y definir estrategias que permitan en el corto y largo plazo la protección y puesta en valor del patrimonio arqueológico”, señala Cyntia Mizobe.

Se espera que durante el primer semestre de este año el CMN realice una inspección o prospección arqueológica más acabada. Por ahora, se pide a los visitantes de la Posada del Parque y del humedal, que no excaven ni recojan el material, que denuncien ante el CMN a quienes saqueen o destruyan los sitios, y que los adultos enseñen a los más pequeños a cuidar el lugar. “De lo contrario, se puede perder información valiosa sobre nuestra historia”, finaliza Flavia Moncada.

Expedición obtiene nuevos registros de dinosaurios en Cerro Guido

El martes pasado concluyó con éxito la undécima campaña paleontológica en el sector de Cerro Guido, liderada por investigadores e investigadoras de la Universidad de Chile y del Instituto Antártico Chileno (INACH). Como detalla el paleontólogo de la Universidad de Chile, Sergio Soto, se hallaron restos fósiles de una gran cantidad de vertebrados, incluyendo mamíferos y nuevos restos del anquilosaurio Stegouros, los que permitirán entender mejor su anatomía. Igualmente encontraron huesos de hadrosaurio (dinosaurio con pico de pato) de los que no se tenía conocimiento.

Para el Dr. Alexander Vargas, director de la Red Paleontológica de la Universidad de Chile y  del proyecto Anillo “Nuevas fuentes de datos sobre el registro fósil y la evolución de los vertebrados”, esta fue una campaña redonda. “He visto cómo se ha ido perfeccionando la experiencia y capacidad técnica de nuestros investigadores e investigadoras para extraer los fósiles de una manera que aprovecha más todo tipo de información científica, el nuevo cuidado que estamos teniendo con microfósiles, un mayor nivel de atención y, en general, la rapidez y eficacia con la cual estamos sacando los huesos de dinosaurios”, confiesa con orgullo Vargas.

En el ámbito paleobotánico, la Dra. Cristine Trevisan (INACH) afirma que “siempre vamos avanzando y buscando más datos para contar la historia de la conexión Sudamérica-Antártica. En este lugar tenemos también el límite K-Pg, de cuando se extinguen los dinosaurios (el final del Cretácico) y el inicio de una nueva era, el Cenozoico, donde surgen los mamíferos. En la paleontología esto tiene una importancia internacional, porque se produce un cambio de flora y fauna, podemos hablar incluso de un cambio en la biodiversidad de ese instante en la Tierra”. Este año se sumó al grupo paleobotánico la investigadora de Brasil, Dra. Joseline Manfroi, quien se enfocó en intervalos que contienen carbón, para comprender mejor los paleoincendios, saber sus causas, su extensión y el efecto que tuvieron en los ecosistemas.

En esta campaña, encontraron hojas de tamaños más grandes, con bordes lisos, de 10 a 12 centímetros, que hablan de un ambiente más cálido. Por el momento, se puede decir que serían lauráceas y mirtáceas, todas plantas cuyas familias hoy encontramos en el hemisferio sur.

Alexander Vargas destaca la conexión con el Continente Blanco, “porque el mismo Stegouros se parece bastante a formas de Antártica y de Australia y hay una historia de conectividad ahí que está emergiendo, de una cosa distinta a la que se conocía para el Cretácico tardío en el resto de Sudamérica, muy particular, con otra historia biogeográfica que creemos dará mucho que hablar a nivel mundial”.

Para Trevisan, las plantas son como el termómetro climático del pasado. Una hoja fósil puede entregar mucha información del clima de un lugar, por el borde de la hoja, por el tamaño, que incluso sirva para el desarrollo de modelos de conservación de los bosques actuales. La flora fósil también es importante para comprender mejor el ambiente en el que vivieron los dinosaurios del Cretácico en el hemisferio sur.

Otra línea de trabajo fue la geológica a cargo de la especialista Leslie Manríquez, quien hizo un levantamiento estratigráfico de distintos sitios, incluyendo uno en el cerro Guido y otro donde se encuentran fósiles de hadrosaurios, cerca de la frontera con Argentina. En Guido, Manríquez ya había realizado la estratigrafía general; en esta ocasión hizo una prospección más minuciosa de cada sucesión geológica, lo que implicó mirar capa por capa, a veces centimétricamente, y hacer un muestreo para el análisis geoquímico posterior y así conocer, por ejemplo, la salinidad del ambiente, algunas características minerales, las concentraciones de hierro, etc.

El Dr. Marcelo Leppe, director del INACH y uno de los responsables del auge de Cerro Guido como sitio clave de la paleontología internacional, cree que la preparación técnica de este equipo humano altamente especializado puede ser un aporte al proyecto del Centro Antártico Internacional (CAI). “A nivel nacional, hay una falta importante de paleontólogos y paleontólogas, y de técnicos. Durante los últimos diez años hemos entrenado a profesionales que tienen una visión mucho más multidisciplinaria. Este lugar va a aportar con material único para ser exhibido junto con paleorreconstrucciones, las que además serán más fidedignas gracias a los datos aportados por estas investigaciones. El concepto de la conexión Sudamérica-Antártica, que es parte del guión central del CAI, tendrá una expresión totalmente aterrizada, con ejemplos concretos de biota, de animales y plantas que se desplazaron entre ambas masas continentales e incluso una tercera que es Australia”, argumenta Leppe.

En esta campaña también participó el ilustrador científico Mauricio Álvarez (responsable de la imagen de portada de la revista Nature que anunció al mundo el hallazgo del Stegouros elengassen) y el paleontólogo José Pérez, de la Oficina Técnica Regional de Magallanes y de la Antártica Chilena del Consejo de Monumentos Nacionales, quien destacó la forma en que se han ejecutado estas expediciones. “Es un trabajo impecable, muy arduo, no solo por las condiciones del terreno, sino también por la calidad de las publicaciones. Es uno de los sitios más activos de investigación científica dentro de la región y me atrevería decir a nivel nacional”, concluye Pérez.

El INACH es un organismo técnico dependiente del Ministerio de Relaciones Exteriores con plena autonomía en todo lo relacionado con asuntos antárticos y tiene entre sus misiones el incentivar el desarrollo de la investigación científica, tecnológica y de innovación en la Antártica, el fortalecimiento de Magallanes como puerta de entrada al Continente Blanco y promover el conocimiento de las materias antárticas a la ciudadanía.

“Moco de roca”, la microalga invasora que amenaza los ecosistemas de la Patagonia

Un equipo de investigadores realizó diversos muestreos de ‘didymo’ en ríos de Torres del Paine y Tierra del Fuego. Pese a que aún no se sabe cómo esta especie llegó al extremo sur del continente americano, el fenómeno trae consigo una serie de consecuencias negativas para los ecosistemas.

El “didymo” o “moco de roca” es una microalga invasora de agua dulce. En Chile, se encontró por primera vez el 2010 en el río Espolón, ubicado en la Región de Los Lagos. Desde aquella época hasta la actualidad, esta diatomea bentónica ha ampliado su área de distribución hasta 3.000 kilómetros.

Su nombre científico es Didymosphenia geminata, posee un aspecto viscoso, es de color café y aunque no se sabe con certeza cómo llegó a la Patagonia, sí está claro que es capaz de producir grandes floraciones en ríos y arroyos de agua dulce. El principal problema de este fenómeno, además de afectar la belleza escénica de los sitios a los que llega, es el desplazamiento de la flora nativa y que dificulta el desove de los peces que habitan en los sectores afectados.

A raíz de lo anterior, científicos del Centro de Investigación Dinámica de Ecosistemas Marinos de Altas Latitudes (IDEAL) de la Universidad Austral de Chile (UACh) y de la Universidad Técnica Federico Santa María (USM) llevan a cabo una colaboración para entender el proceso de invasión de esta especie y buscar alternativas tecnológicas como oportunidad. En ese marco, los estudiantes de doctorado y magíster, Romina Fuentes y Elías Reinoso respectivamente, viajaron hasta la Región de Magallanes y Antártica Chilena para realizar diversos muestreos en los ríos Serrano (Torres del Paine) y Grande (Tierra del Fuego).

“Estamos interesados en entender los factores ecológicos y genéticos que favorecen la proliferación de ‘didymo’ en Chile. Con este objetivo hemos estudiado la relación de esta microalga con las comunidades de microorganismos de los ríos de la Patagonia, la diferenciación genética con otras poblaciones de la especie en el mundo, y ahora queremos avanzar en entender la metatranscriptómica y su efecto en la proliferación de lo que conocemos como mata”, explica la Dra. Leyla Cárdenas, decana de la Facultad de Ciencias de la UACh e investigadora del Centro IDEAL.

Por su parte, el equipo de la USM está trabajando en buscar alternativas tecnológicas en las que se pueda usar el ‘didymo’. “En el marco de mi tesis, he desarrollado una membrana nanoestructurada que contiene una sustancia del ‘didymo’ como material activo para la adsorción de metales en solución como el plomo y con capacidad potencial de absorber otros metales como cadmio, níquel y cobre, entre otros y ahora con el proyecto VIU que nos adjudicamos queremos probar la captura de impurezas en la salmuera de litio como son el calcio y magnesio”, explica Reinoso. 

Con las muestras obtenidas en Torres del Paine y Tierra del Fuego, los investigadores  replicarán experimentos para evaluar el efecto de diferentes condiciones fisicoquímicas en la forma de la mata. Además, llevarán a cabo análisis con el fin de obtener el perfil completo de la expresión génica de la comunidad de microorganismos asociados a la mata de ‘didymo’. Paralelamente, desarrollarán membranas nanoestructuradas y realizarán experimentos de adsorción, que les permitirán seguir validando la tecnología.

Ríos de la Patagonia

Entre los años 2015 y 2016, el equipo de investigadores realizó las primeras visitas a diferentes ríos de Chile. Sin embargo, hubo un área en particular que les llamó la atención: la Región de Magallanes, dado que es una zona extrema y con características donde se pensaba que era difícil que el ‘didymo’ creciera.  

Asimismo, los ríos de esta parte de la Patagonia son importantes cuerpos de agua que albergan una diversidad biológica única y donde es relevante conocer como un proceso de invasión afecta a sus comunidades. 

A través de estos estudios, los investigadores buscan entender el ciclo de vida y los factores que favorecen el ‘didymo’, con el objetivo de contribuir con la generación de conocimiento para crear estrategias de control y remediación en los ecosistemas acuático afectados y políticas públicas de prevención de la contaminación de cuerpos de agua libres de invasión.

¿Qué causó la varazón de miles de ejemplares de sardina, pejerrey y anchoveta en la playa de Coliumo en el Biobío?

Lo observado en los últimos días, según lo explicado por la Dra. Camila Fernández, directora del Centro COPAS Coastal, es consecuencia de la dominancia de aguas hipóxicas cerca de la costa. Si bien estos eventos son frecuentes en nuestra región, aún no hemos evaluado sus consecuencias biogeoquimicas, sociales y climáticas. El mensaje a la comunidad es a no temer a estos eventos, sino contribuir a prevenir su intensificación a través de un trabajo multisectorial.

Durante los últimos días se pudieron observar varazones de peces en la Bahía de Coliumo, en la Región del Biobío, fenómeno que ha causado preocupación en el ámbito turístico y de la pesca artesanal. 

Al respecto, la directora del Centro COPAS Coastal, Dra. Camila Fernández, aseguró que tal como ha indicado el Sernapesca, lo observado en Coliumo es causado por un evento de surgencia costera. 

“La surgencia costera es un proceso oceanográfico que consiste en el ascenso de aguas profundas, más frías que el promedio superficial, ricas en nutrientes y CO2 y con bajos niveles de oxígeno, debido al esfuerzo que ejerce el viento costero sobre las capas más superficiales del océano”. 

Agregó que este fenómeno es responsable de la riqueza y productividad de los ecosistemas marinos y las pesquerías, particularmente en los principales sistemas de borde oriental, como las costas de Chile central y norte. 

“No solamente estos sistemas albergan riqueza en biodiversidad, sino que intercambian activamente gases de efecto invernadero con la atmosfera, juegan un rol en el clima y proveen de seguridad alimentaria a gran parte de la población de nuestro país”.   

¿Como adaptarnos?

La respuesta es compleja, explicó la Dra. Fernández. “En un par de días se retiraron 125 toneladas de peces de las playas de la Bahia de Coliumo. Por supuesto eso es la consecuencia inmediata de la entrada de aguas pobres en oxígeno. Sin embargo, los alcances en el funcionamiento del océano costero aún no estaban claros”.

El avance de la ciencia, argumentó, nos evidencia la importancia del microbioma y de su rol en los servicios ecosistémicos del océano. La eficiencia con la que el océano costero observa CO2 está cambiando y debemos saber cuál es el balance neto de las principales áreas biológicamente productivas del país.

Por lo tanto, el funcionamiento del microbioma costero, responsable del secuestro de carbono, tiene importancia social y es necesario estar atentos, explicó Camila Fernández.

Además, indicó que la necesidad de observar el océano costero durante el ciclo anual es una realidad “que nos pesa al momento de poder predecir eventos como los vividos en Dichato y Coliumo estos días”. 

Explicó que datos físico – químicos y biológicos y a nivel del mar, nos permitirían anticiparnos (aunque no revertir) para poder generar políticas eficaces de manejo y uso de borde costero y zona económica exclusiva. 

“Esfuerzos conjuntos entre municipios, entidades académicas y centros de investigación son necesarias para integrar datos y recolectar información acorde con protocolos internacionales que aseguren su calidad”.

Trabajo 

Algunas de las medidas propuestas para Chile en el marco del Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático incluyen la implementación de un sistema integrado de observación del océano y la evaluación periódica de las condiciones que determinan la viabilidad de cultivos en zonas costeras. 

“Es necesario concretar estas medidas e innovar en los esfuerzos por comprender el funcionamiento de los sistemas de surgencia en el océano futuro”, analizó Fernández.

Por otro lado, especificó la directora de COPAS Coastal, es clave sopesar la idoneidad de áreas de alta productividad como zonas de refugio climático y de diversidad, tanto macro como microscópica, desde los cetáceos, hasta las microalgas, que garantizan la producción, almacenamiento y mantención del carbono azul.

“Ciertamente esta nueva normalidad requiere estudiar a fondo los ecosistemas nuevos o emergentes que dejan los eventos de surgencia y que suelen acompañarse de hipoxia”, detalló Camila Fernández.

Uno de los desafíos más ambiciosos y urgentes es sin duda definir formas de diagnóstico para el océano. Al contrario de lo que ocurre con nuestra salud, diagnosticar el estado del océano es complicado pero no imposible, complementó la investigadora.

“Podemos y debemos definir indicadores físicos y biológicos como genes y vías metabólicas, métodos estadísticos para manejar grandes bases de datos y monitoreos ambientales son sólo algunos de las piezas necesarias para armar este puzzle. Sin embargo, es posible con metas científicas claras y el compromiso de autoridades y de la sociedad en general”.

Datos

La directora del Centro COPAS Coastal, explicó que los datos recabados en las últimas décadas indican que el océano costero, en promedio, se ha enfriado a tasas que varían entre 0.4º y -0.2º a -1.0 °C por décadas durante la primavera y verano. 

Este enfriamiento, aseguró Fernández, coincide con el incremento de los vientos favorables a surgencia costera en los meses de primavera y verano a lo largo de la corriente de Humboldt y que están cambiando además su periodicidad temporal. 

“Sabemos que los eventos de surgencia que propician casos de hipoxia costera están haciéndose más frecuentes y probablemente no se restrinjan a los meses estivales. Este año hemos estado en la fase la Niña de ENSO (El Niño Oscilacion del Sur), lo que hace más intenso el patrón de vientos en esta zona”, aseveró.

Además, a nivel global los Modelos de Circulación General, evaluados bajo distintos escenarios de calentamiento hablan de un movimiento hacia el Polo del Anticiclón del Pacífico Suroriental y similares patrones de presión atmosférica proyectada y precipitaciones. 

“Esto podría favorecer las condiciones tendientes a surgencia costera en el Biobío y sin duda podrian resultar en un incremento de estos eventos en el futuro. Lo ocurrido en la Bahia de Coliumo se ha visto en Llico, en el Golfo de Arauco, Laraquete y otras playas de Chile central en los ultimos meses y años. Debemos entonces prepararnos, estudiarlos y delimitar zonas vulnerables”, alertó la investigadora. 

Investigación e innovación magallánica para la conservación de la vida silvestre de Antártica

Este es un buen ejemplo de que es posible asociar pequeñas empresas de Magallanes para apoyar en la resolución de problemas tecnológicos que enfrenta la ciencia antártica. Los trípodes para cámaras trampas que monitorearán las colonias de pingüinos y petreles, nos permitirán estimar el estado de conservación de estas en el tiempo.

El continente antártico está experimentando profundas variaciones ambientales vinculadas al cambio climático, que impactan transversalmente a su ecosistema. Es cada vez más necesario mantener un monitoreo continuo para comprender cómo los distintos componentes de este ecosistema son capaces de responder y adaptarse.

Como parte de las investigaciones que impulsa el Instituto Antártico Chileno (INACH) se encuentra el seguimiento anual de poblaciones de aves marinas, específicamente pingüinos y petreles gigantes en punta Armonía, isla Nelson, en el archipiélago de las islas Shetland del Sur.

En este lugar viven colonias de pingüinos barbijo y papúa, que están enfrentando transformaciones en su hábitat ya sea por cambios meteorológicos asociados a temperatura del aire, aumento de precipitaciones en forma de lluvia, y también cambios oceanográficos en sus áreas de alimentación que repercuten en la disponibilidad de kril, su principal fuente de alimentación. Los petreles gigantes, por otro lado, han sido poco estudiados en la Antártica, pero por sus características de depredadores y carroñeros oportunistas, también pueden servir como herramientas para monitorear los cambios ambientales.

Un factor importante en la historia de vida de las aves marinas es el inicio del período de reproducción. En punta Armonía, habitualmente este comienza durante octubre y noviembre cuando los adultos, luego de pasar gran parte del invierno fuera de las colonias, regresan a los nidos para comenzar el cortejo y puesta de huevos. Luego de varias semanas de incubación, eclosión y crecimiento de los pichones en el final del verano, estos van al mar por primera vez.

Los cambios temporales en el inicio del período reproductivo pueden afectar el éxito reproductivo y la estabilidad poblacional de estas especies. Para los científicos es relevante identificar el inicio de la reproducción, pero en sitios remotos como punta Armonía, lograr acceder en el momento exacto es muy dificultoso. Para esto, se recurre a diferentes métodos que permiten monitorear de manera remota e identificar exactamente el día que los pingüinos comienzan a retornar a sus nidos.

La instalación de cámaras fotográficas (también conocidas como “cámaras trampa”) es una forma muy eficiente para realizar este monitoreo. Una vez instaladas permiten el registro fotográfico continuo, durante períodos de tiempo de difícil aproximación a las colonias. Particularmente en Antártica, las condiciones ambientales para el despliegue de instrumentos son desafiantes, donde muchas veces la corrosión, el frío extremo o el viento destruye el material. En el caso de las cámaras trampa, si bien están protegidas por materiales resistentes, requieren que su sujeción mediante trípodes sea robusta.

En este sentido resulta interesante la capacidad local en Punta Arenas de contar con proveedores que construyan estos dispositivos. Se trabajó con Carlos Carrasco, dueño de Soldaduras Carrasco Macías, con quien diseñamos un trípode de acuerdo a nuestras necesidades. 

Parte del trabajo fue pensar en un diseño sólido, de materiales adecuados y, por supuesto, con un valor razonable. Tomamos parte de la experiencia con este tipo de trípodes instalados en la Patagonia para el monitoreo de glaciares y sumamos adaptaciones según nuestros equipamientos. De esta forma, llegamos a una estructura con “patas” móviles capaz de adaptarse a diferentes niveles de terreno, con soportes específicos diseñados para anclar tanto la cámara trampa como el panel solar, y en un formato relativamente compacto y transportable de 1,20 m de altura y aproximadamente veinte kilos. 

Un total de diez trípodes con cámaras trampa fueron instalados en distintos puntos en torno a las colonias de punta Armonía y permitirán mantener el monitoreo continuo de estas poblaciones de aves marinas. Incluso, dada su robustez, estos dispositivos permitirán recolectar datos durante el invierno, un período donde habitualmente no se genera mucha información y se desconoce la dinámica poblacional de estas especies.

Asimismo, el análisis de estas fotografías incurrirá en un importante esfuerzo de procesamiento en software y sistematización de los datos a partir de miles de fotografías. Esto abre una posibilidad de trabajo científico junto a la ciudadanía, la que en una labor mancomunada de ciencia ciudadana podría apoyar en estas labores, facilitando el trabajo de los científicos y aprendiendo sobre estas líneas de investigación. Los datos permitirán generar información fundamental para comprender la capacidad de respuesta al cambio climático y para definir medidas de conservación y planes de manejo que ayuden a la preservación de estas especies en el continente antártico.

Este estudio es financiado por el Programa de Áreas Marinas Protegidas del INACH, y aportará de manera colaborativa al Programa de Monitoreo del Ecosistema (CEMP) de la Comisión para la Conservación de los Recursos Vivos Marinos Antárticos (CCRVMA), organismo encargado del manejo y conservación de los recursos pesqueros antárticos y que a través del CEMP tiene una red desplegada con  este tipo de cámaras en diferentes sitios para el monitoreo de poblaciones dependientes de kril y el manejo ecosistémico de las pesquerías.

Economía: ¿Cómo nos afectará el conflicto entre Rusia y Ucrania?

Incremento en los precios de bienes y de combustibles, más una eventual caída en la demanda de algunas exportaciones, serían algunos de los efectos que en el corto y mediano plazo podrían sentirse en Chile, agudizando la crisis inflacionaria que atraviesa nuestro país.

Tras el anuncio del presidente de Rusia, Vladimir Putin, de una intervención militar especial en Ucrania, que ha involucrado el ataque a varias ciudades, las repercusiones en todo el mundo no se han hecho esperar. Pese a los miles de kilómetros de distancia, los efectos económicos también se dejarían sentir en Chile, ¿de qué manera?

“Un conflicto bélico como este tiene consecuencias en todo el mundo, incluyendo Chile, pues estamos en un mundo globalizado. Se genera inestabilidad e incertidumbre tanto política como económica. Ante esto los inversionistas buscan refugio en activos más seguros como el oro, el dólar u otras monedas, que suben su precio. Es lo que hemos visto en nuestro país, donde la divisa norteamericana ha experimentado una importante alza”, explica Esteban Carrasco, director de la Escuela de Ingeniería Comercial de la U. San Sebastián, quien además analiza los impactos de esta crisis.

¿Cuál es el efecto más concreto en las personas?

La mayoría de los productos que como país importamos se adquieren en dólares y, al subir su valor, eso se termina traspasando al precio que pagamos los consumidores. Ese será el efecto más directo, el aumento en el precio de los productos importados y de los combustibles, lo que seguirá alimentando la inflación que ya estamos experimentando. Esto llevará a nuestras autoridades a tener que tomar importantes decisiones en materias de política económica.

¿En qué se manifestarán principalmente estas alzas?

Uno de los impactos más importantes es que el precio del petróleo en los mercados internacionales siga subiendo, por el temor a que la oferta se pueda reducir o se suspenda el abastecimiento. Esto lleva a los demandantes de petróleo a adelantar y almacenar sus compras, lo que encarecerá el transporte internacional y con ello el valor que pagamos en Chile por los bienes que compramos afuera. En la medida que se vayan generando nuevos contratos por compra de bienes, en el mediano plazo observaremos aumentos de precios.

¿Subirán también los combustibles? 

Hay algunos efectos que serán inmediatos. Principalmente, al subir el precio del dólar junto con el aumento del precio internacional de los combustibles, el de la gasolina también se incrementará. Es importante mencionar que en Chile se regula el valor de los combustibles a través de un mecanismo de estabilización (MEPCO), lo que ha permitido frenar mayores alzas en los últimos meses. No obstante, ese fondo tiene un límite y, de acabarse, generaría alzas bruscas en el precio de las bencinas.

¿Cómo podría afectar a las exportaciones chilenas?

Nosotros tenemos relaciones comerciales con Europa y otros países de mundo, exportamos cobre y productos agrícolas, entre otros. Al existir un conflicto de esta magnitud, sin duda se resiente la demanda y eso tendrá un impacto económico en Chile si nuestros productos dejan de ser demandados.

¿Cómo se ha reflejado esta crisis en los mercados internacionales?

Ante mayor incertidumbre, los inversionistas muestran una mayor aversión al riesgo, abandonando los mercados emergentes y con ello debilitando sus monedas, así como el valor de sus activos. En Europa, que es donde está el centro del conflicto, las bolsas han caído a niveles hasta del 30%. En la medida en que nos alejamos de la zona, menos se manifiesta la caída. Con esto los fondos de pensiones que mantienen mayor cantidad de activos en el extranjero podrían ver afectado su valor.